Hoy encontré una pluma de buitre. Me la regalaste en Tiermes cuando trepábamos desde canales rojos labrados por los romanos. Cuánta historia, ¿verdad? ¡Cuántas historias!La guardé en un bolsillo lateral del bolso para no perderla o puede que para encontrarla en este viaje en que me faltas.
Atravieso el puente más antiguo de Budapest: El puente de las Cadenas, mientras escucho el viento soplar. Llevo tu pluma en la mano, la acaricio con los dedos y siento su textura suave. Estoy en el centro del puente, me paro y observo el agua pasar y mi sombra y la sombra del puente proyectadas sobre el agua. Todo pasa: pasa el agua, pasa el puente, pasa la sombra, paso yo.
Saco la ...
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