La señorita Marple, hija de Dame Agatha, basaba sus averiguaciones detectivescas en los paralelismos entre gente de su pueblo, Saint Mary Mead y las personas a las que investigaba con ocasión de algún crimen doméstico. Porque ya se sabe que la existencia de tres o cuatro familias en un entorno determinado tiene como resultado inevitable una novela.
Los paralelismos son juegos del pensamiento y de la literatura que ejercen una poderosa atracción sobre mí como lectora. He aquí uno de ellos, recién vislumbrado en esta tarde de supuesta primavera en la que el cielo se ha empeñado en parecer septembrino.
En 1813 Jane Austen (1775-1817) publica "Orgullo y Preju...
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