Después del "todo vale" veraniego, septiembre parece poner cada cosa en su sitio. La ilusión de improvisación, de rutina rota, de normas olvidadas, de dietas sanas y de lecturas "ligeras" empieza a desvanecerse y comenzamos con los planes para un nuevo curso, llenos de "altos y bellos" propósitos que seguramente, al menos yo, abandonaremos al girar la esquina. En esta vuelta que tan elegantemente llamamos rentrèe, para que en francés nos resulte más llevadera, yo he preparado mi propia lista de "elevados objetivos" que poner en marcha lo antes posible. El primero es conseguir volver al blog; el segundo, recuperar antiguos autores que se quedaron olvidados en mi...
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