Hay algunos nombres que siguen poniéndonos los pelos de punta por mucho que pase el tiempo: Charles Manson, John Wayne Gacy, Ed Gein, etc. O bien otras veces son sus apodos los que no nos dejan descansar en paz: El estrangulador de Boston, el Vampiro de Düsseldorf, el Carnicero de Milwaukee, etc. Pero por muchos apodos que se les quiera poner para ilustrar su maldad, hay algunos que no lo necesitan, que su mero nombre sirve para hacernos sentir escalofríos. Es el caso de Ted Bundy. Puede que no ubiques la época en la que mataba o dónde, pero seguro que te suena o que has oído hablar de él. Ted Bundy murió en la silla eléctrica en 1989, por lo que los pasamos de los cuarent...
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