Si hay una autora de Ciencia Ficción que me guste, esa Ursula K. Le Guin (además de Octavia Butler, por supuesto). Además de tener un estilo ameno y sencillo, fue una adelantada a su época, que afrontó temas como la cuestión de género, la inmigración o la ecología.
El nombre del mundo es bosque (Editorial Minotauro) se plantea como una utopía, pero una lectura atenta nos mostrará que está más relacionada con la Clifi o la ciencia ficción sobre el clima. En un futuro indeterminado, el hombre ha conquistado los recursos de la Tierra y ha colonizado el planeta de Nuevo Tahití, cubierto enteramente de masas forestales. En él viven una especie de humanoides d...
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