Intentar definir o encasillar la última novela de Ismael Martínez Biurrun es harto complicado. Si habéis leído algo más del autor sabréis que se mueve como pez en el agua entre aquello que la crítica ha dado en llamar géneros fronterizos.
Baste decir que Solo los vivos perdonan (Aristas Martínez) es una novela con varias tramas diferenciadas y bien definidas, que se entrecruzan una y otra vez hasta llegar a un final climático donde todo se resuelve y queda atado y bien atado. ¿O no? Porque una de las características del autor es que siempre se guarda un as en la manga. La novela trata esencialmente sobre eso, sobre el perdón, sobre la redención y sobre el hecho ...
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